No, no se preocupen, no me ha ocurrido. Si me hubiese ocurrido probablemente hubiera terminado cuadrapléjico del asco. Y de ahí viene el quid del asunto, el porqué de esta nota. ¿Podría decirme usted, oh, decente humano, por qué razón, motivo o circunstancia le provoca taaanto asco la idea de despertar, abrir los ojos, y encontrar un sorete a un pulgar de su nariz? ¿Por qué le provoca tanta repulsión, a usted, individuo decente y cristiano, el percibir tras sus sentidos las notorias cualidades de una buena mierda -tanto su textura gratinada, como su color tan característico o su contextura de haber sido amasado durante horas? ¡Respóndame por qué! Si esa mierda horas antes estuvo en perfecta comunión con nuestro organismo durante la absorción de sus nutrientes. O, teniendo una regresión más profunda aún, puede ver a ese sorete que flota inerte en el otrora impoluto inodoro, como la deliciosa lasagna que devoró más temprano con afán religioso, mientras felicitaba a su vieja y se relamía los dedos por ella (por la lasagna, no por su vieja).
¿Imaginó usted acaso al comerse esa maravillosa explosión de papilas gustativas, que horas después se convertiría en un sorete? ¿Lo imaginó cuando le aceptó esa porción de tentadora pastafrola a su tía, y la devoró con placer casi sexual? ¿O cuando fue a comer helado con su pareja hablando de amor eterno? ¿Imaginó que todo terminaría en un sorete?
Pero no, no se preocupe, amable lector. Esa deliciosa porción de pizza especial cuatro estaciones que tiene en la mano no se convertirá en un sorete mientras la tiene en la mano, ni menos aún mientras la muerde. Es necesario para que eso ocurra el accionar de nuestros intestinos. Quiéralo o no, tiene usted una fábrica de mierda adentro. Así como lo ve, la comida de hoy, será siempre el sorete de mañana... O de pasado. O pasado pasado, dependiendo siempre de nuestra capacidad metabólica, o de nuestras costumbres diarias... Las mujeres que viven en country van al baño una vez por semana.
Y ahora yo le pregunto: ¿comería usted con tanta satisfacción, con ese placer casi sexual, el asado del domingo si supiera que se va a convertir en un sorete? ¿Se volvería loco por un asado de tira si se pone a pensar en la performance del ulterior sorete que saldrá en consecuencia? ¿Si imagina usted disfrutar ese asado si mientras lo come siente ese olorcito a sorete que anuncia el bombardeo de topos submarinos, mientras usted hace toda la fuerza posible para liquidar el asunto antes de que terminen las propagandas de Talento Argentino? ¿Piensa al comer un delicioso flan con dulce de leche, en el sorete que horas más tarde verá girar sobre su eje en las turbias aguas del inodoro, como indeciso por saber si quedarse o irse por el caño, a reunirse con sus compañeros soretes en soretelandia? ¿Acaso se lo imagina? ¿Acaso disfrutaría su comida con esas consideraciones escatológicas?
Pues bien, todo esto nos deja una importante moraleja: Nunca coma más de lo que pueda cagar.
Joan M. Machado
¿Imaginó usted acaso al comerse esa maravillosa explosión de papilas gustativas, que horas después se convertiría en un sorete? ¿Lo imaginó cuando le aceptó esa porción de tentadora pastafrola a su tía, y la devoró con placer casi sexual? ¿O cuando fue a comer helado con su pareja hablando de amor eterno? ¿Imaginó que todo terminaría en un sorete?
Pero no, no se preocupe, amable lector. Esa deliciosa porción de pizza especial cuatro estaciones que tiene en la mano no se convertirá en un sorete mientras la tiene en la mano, ni menos aún mientras la muerde. Es necesario para que eso ocurra el accionar de nuestros intestinos. Quiéralo o no, tiene usted una fábrica de mierda adentro. Así como lo ve, la comida de hoy, será siempre el sorete de mañana... O de pasado. O pasado pasado, dependiendo siempre de nuestra capacidad metabólica, o de nuestras costumbres diarias... Las mujeres que viven en country van al baño una vez por semana.
Y ahora yo le pregunto: ¿comería usted con tanta satisfacción, con ese placer casi sexual, el asado del domingo si supiera que se va a convertir en un sorete? ¿Se volvería loco por un asado de tira si se pone a pensar en la performance del ulterior sorete que saldrá en consecuencia? ¿Si imagina usted disfrutar ese asado si mientras lo come siente ese olorcito a sorete que anuncia el bombardeo de topos submarinos, mientras usted hace toda la fuerza posible para liquidar el asunto antes de que terminen las propagandas de Talento Argentino? ¿Piensa al comer un delicioso flan con dulce de leche, en el sorete que horas más tarde verá girar sobre su eje en las turbias aguas del inodoro, como indeciso por saber si quedarse o irse por el caño, a reunirse con sus compañeros soretes en soretelandia? ¿Acaso se lo imagina? ¿Acaso disfrutaría su comida con esas consideraciones escatológicas?
Pues bien, todo esto nos deja una importante moraleja: Nunca coma más de lo que pueda cagar.
Joan M. Machado
2 comentarios:
abuela decia:
"Bienaventurado el que por la mañana se levanta y caga"
Saludos!
El Poema de la Caca
De los Placeres sin pecar,
el mas dulce es el cagar,
con un periódico extendido
y un cigarrillo encendido
queda el culo complacido
y la mierda en su lugar.
Cagar es un placer;
de cagar nadie se escapa
caga el rey,
caga el papa
caga el buey,
caga la vaca,
y hasta la señorita mas guapa
hace sus bolitas de caca.
Viene el perro y lo huele
viene el gato y lo tapa.
Total, en este mundo de mierda
de cagar nadie se escapa.
Que triste es amar sin ser amado,
pero mas triste es cagar sin haber almorzado.
Hay cacas blancas por hepatitis,
las hay blandas por gastritis
cualquiera que sea la causa
que siempre te alcanza
aprieta las piernas duro
que cuando el trozo es seguro
aunque este bien fruncido el culo
será por lo menos, PEDO SEGURO!!!!!
No hay placer más exquisito,
que cagar bien despacito.
El baño no es tobogán
ni tampoco subibaja.
El baño es para cagar
y no pa' hacerse la paja.
Los escritores de baño
son poetas de ocasión
que buscan entre la mierda
su fuente de inspiración.
Vosotros que os creéis
sagaces y de todo os reís,
decidme si sois capaz
de cagar y no hacer pis.
En este lugar sagrado,
donde tanta gente acude,
la chica se pasa el dedo
y el tipo se lo sacude.
Caga tranquilo,
caga sin pena,
pero no se te olvide
tirar la cadena.
El tipo que aquí se sienta
y escribir versos se acuerda,
no me vengan a decir
que no es un poeta de mierda!.
En este lugar sagrado
donde acude tanta gente
hace fuerza el mas cobarde
y se caga el mas valiente.
Ni la mierda es pintura
ni el dedo es pincel
por favor, pendejo
límpiate con papel !
Para ti que siempre
estas en el baño:
Caguen tranquilos,
caguen contentos,
pero por favor,
caguen adentro!.
Hoy aquí yacen los restos
de este olímpico sorete
que lucha de forma estoica!
para salir del ojete.
Estoy sentado en cuclillas
en este maldito hoyo...
quien fue el hijo de mil putas
que se terminó el rollo!!!
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