martes, 17 de junio de 2008

Una entrada giratoria

El viajero Cartaphilus fue inmortal. Vivió más de lo que debía y se dio cuenta de que por algo eso era inconcebible. Y luego de serlo todo quiso morir. Llegaría el momento en el que ni la lluvia podría despertarlo.

Luego de jugar con las armonías y encontrar bellezas que halagan al instinto, el paso siguiente es jugar con la disonancia. Las combinaciones de siete notas son muchísimas, y tras desechar la mayoría en nombre de la armonía, de sonidos que vibran como uno, se empiezan a rescatar sonidos que se oponen y chillan, en pos de creer que no se ha acabado.

La vida es una y corta, porque no por siempre se podrá jugar con algo nuevo. Todo será viejo y todo se habrá inventado algún día. Pero la muerte deja que se renueve un poco la cosa, y que en su turno, el nuevo que llegue disfrute, hasta que tenga que entregar su lugarcito al siguiente que venga.

Si todos moriremos algún día ¿vale la pena quejarnos de que no hacemos lo que queremos, o de que las armonías son viejas y las disonancias son feas?

Si hay que hacer algo para hacer nuestro a nuestro tiempo hagámoslo, pero golpear una cacerola no va a cambiar nada.

El matrimonio de site come de los cincuenta que nos gobierna para la mona sabe que hay oligarcas en el campo que se aprovechan del pueblo y tienen poder. Entonces el matrimonio se entera que aparece un nuevo consumo que le va a dar más poder todavía, y quiere hacer algo, no por el pueblo sinó porque esa rosca que se viene es muy buena para dejarla pasar. Entonces, por no dar nombres para que parezca que no es algo personal en contra de los oligarcas, se carga a los oligarcas Y a los pobres pequeños emprendedores que intentan vivir del campo. Eso genera odio de parte del pueblo y los oligarcas aprovechan para poner al pueblo en contra del matrimonio porque el matrimonio les quiso quitar la soja.

¿Somos boludos que nos metemos a luchar entre nosotros por un matrimonio infame y mentiroso, y por unos oligarcas mafiosos? ¿Luchamos porque tenemos hambre o porque queremos ser parte de algo?

Yo quiero luchar por el que tiene que vivir bajo un techo de lata. Por el que anda por el centro con una caja y todas sus pertenencias a cuestas, calentando una tetera en medio de la vereda de la San Martín, porque no tiene dónde quedarse. Yo quiero luchar por la dignidad de los que trabajan, y por los derechos que se le niegan.

En el puterío entre la pampa húmeda y los K no quiero tomar partido ni por uno ni por otro. Yo quiero que los dos se vayan al rincón y recuerden que viven por y gracias al pueblo. Y que jugando como juegan por más poder solo están destrozándonos y dejando un país inviable.

Y todos se pelean por partidismos...

Salud,
Joan

2 comentarios:

Leolopher dijo...

Con razón Cartaphilus se queria morir. xD
No noté cuando la ficcion se volvió realidad; esta muy bueno.

Es como lo que le decía el otro día a Capitanfla, el apoyo al Caampo está condicionado, porque si golpean a los que producen lo que consumimos, y les sale bien, luego vendrán por los demas.

Pero mientras tanto, esta bueno pegarle a los K.

Saludos!

Joan dijo...

Yo creo que las mentes mediocres son la perdición: Si les dicen a quién odiar, lo van a odiar, pero no van a cuestionar nada.

Y así se ponen de parte de los oligarcas campistas. Y así se ponen de parte de los K.

Nadie podría elaborar una teoría de por qué.

Yo bogo por el pueblo y toda persona decente que intenta salir adelante.

Ellos no pueden hacerse prensa porque están muy ocupados sobreviviendo.